Las operaciones de mantenimiento
de las cajas automáticas se limitan generalmente al cambio periódico del aceite,
la verificación de fugas y las operaciones de reglaje que es necesario realizar
cunado se observen anomalías del funcionamiento.
Si la selección de las posiciones
de la palanca de cambio no fuese correcta, se procederá a la operación de
reglaje de esta palanca, que consiste en situarla en diferentes posiciones que
puede adoptar, comprobando que a cada una de ellas corresponde el enclavamiento
perfecto de las misma posición de la caja de cambios. En el sistema de mando
existen los tornillos de reglaje oportunos, que permiten corregir las
deficiencias encontradas. No obstante es conveniente verificar y corregir las
posibles holguras de mecanismo antes de proceder a los reglajes.
Algunas cajas automáticas
disponen de reglajes de la presión de mando del aceite, que deben ser
accionados cuando se encuentran anomalías de funcionamiento debidas a esta
causa, previo control de las presiones en las diferentes condiciones de
utilización del vehículo.
El aceite de las cajas de cambio
debe ser renovado cada 50000km, y controlado el nivel cada 10000km. Para que
esta medición sea fiable, resulta imprescindible que el aceite se encuentre a
su temperatura normal de funcionamiento (entre 65 y 80°C), lo que ocurre
inmediatamente después de un breve periodo de funcionamiento. La verificación
debe realizarse con la palanca selectora en la posición P (después de haberla
pasado por todas las posiciones) y el motor girando a ralentí, estando el vehículo
detenido en terreno horizontal. Extrayendo la varilla medidora de nivel en
estas condiciones, el aceite debe encontrarse entre las marcas de máximo y mínimo;
sino fuese así deberá rellenarse o extraer el necesario.
Al momento de cambiar el ATF hay
que tener en cuenta el tipo de ATF que utiliza, ya que un ATF incorrecto provocaría
un mal funcionamiento de la transmisión.
Bibliografía: Manual del automóvil. JM Alonso.
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